"Los Reales", Computer Designed Peinting y Polygloss, 102 x 163 cm
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Zeedijk 732, Knokke
Robert Groslot - arte digital
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Absolute Art Gallery
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abril 2004
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http://www.absoluteartgallery.com
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Robert Groslot (1951) es pianista, director de orquesta, compositor, y diseñador gráfico. Su trayectoria como músico es vasta, pero su vocación como artista plástico comenzó recién en el 2001 al crear una serie de cuadros con una técnica que él mismo denominó CDP (Computer Designed Painting).
“Mi trabajo se relaciona con la pintura y la fotografía pero no es, de hecho, ninguna de las dos. Es exactamente lo que es: un nuevo medio visual” explica el artista a propósito de su novedosa técnica.
La unión de arte y ciencia es algo que la era posmoderna ha retomado de épocas anteriores, como el Renacimiento, en el que el artista, el arquitecto, el científico y el técnico eran, a menudo, la misma persona. (Leonardo es un ejemplo de esto)
La digitalización de la imagen en los últimos años se ha transformado en una herramienta para muchos artistas, que han visto en ella la posibilidad de crear imágenes en un contexto completamente nuevo, con posibilidades inexploradas anteriormente, como la imagen 3D que produce un efecto hiperrealista, en un intento por sumergir al espectador en el espacio representado.
La digitalización del arte supone un componente matemático, un lenguaje numérico que subyace en la producción icónica.
Según la opinión de Groslot, el arte es un lenguaje complejo que implica comunicación entre individuos diferenciados. Este lenguaje del arte debe ser un “meaning-giving” (dador de sentido), y debe estar más relacionado con la ciencia que con el esoterismo o el mito.
"Yo evito todo lo que se inclina hacia lo místico, esotérico, y utilizo el desnudo femenino como un símbolo de libertad, como una forma de liberarnos a nosotros mismo de las religiones organizadas.” , concluye Groslot.
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"La Mort", fotografía, 1989
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Bd. Barthélemy 20, Bruselas
Florence Chevallier - Fotografías
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Galerie les filles du calvaire
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marzo 2004
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http://www.fillesducalvaire.com
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Desde hace muchos años, Florence Chevallier realiza fotografías a color en las que las figuras intentan revelar la importancia del deseo, del placer de estar en el mundo, sin descartar la conciencia trágica de la falta, de la ausencia, y de los límites.
Es a partir de su propio cuerpo y de su propio rostro, esculpidos por la luz y la sombra, que Chevallier comienza a construir una obra en las que los ecos autobiográficos son percibidos “no como la puesta en escena de su vida, sino como un viaje por la Psiquis.” . Ese alma atormentada que se escrutaba en las imágenes de los espejos en Coros Autoportraits y Coros à Coros (1980-1987), en la multiplicidad de visiones de sí misma de la serie Troublée en Vérité (1987), en las escenografías sensuales y fragantes de La Mort (1989), nos conduce por los caminos sinuosos de un viaje iniciático en el que el imaginario colectivo se encarna tanto en las figuras estereotipadas de Bonheur (1992), como en los mitos fundacionales de la infancia de la humanidad (el Jardín del Edén, Edipo)
La fotografía es para Florence Chavallier, una experiencia íntima que deja siempre en suspenso el enigma y su resolución, la ceguera y la lucidez, la ligereza de las apariencias y la profundidad de nuestra mirada.
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Jean-Luc Tartarin. Fotografías 1997 - 2001. De su serie Bestiario
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Av Louise 74, Bruselas
Jean Luc Tartarin / Fotografías 1997 – 2001
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Galerie Guy Ledune
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marzo 2004
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http://www.galerieledune.be
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Se trata de una selección de fotografías de gran formato a color, que forma parte de una serie realizada por el fotógrafo francés Jean Luc Tartarin, entre 1997 y 2001. Dicha serie se organiza en grandes ciclos que aluden temáticamente al campo: Los Grandes Paisajes, Bestiario, Flores y Cielos.
Las fotografías de Tartarin fueron impresas sobre papel Ilfochrome –proceso de impresión de positivo a positivo que se destaca por lograr colores brillantes- y fueron cubiertas con plexiglas y montadas sobre un bastidor de madera o aluminio.
El realismo fotográfico que se expresa a través de una técnica extraordinariamente precisa y directa, se contradice con la profundidad iconográfica que manifiesta la mirada del fotógrafo sobre el paisaje. Los temas son el resultado de una lenta apropiación: días enteros de recorridos por el campo en busca de paisajes, árboles, animales, de un buen punto de vista, de la mejor luz.
Paradójicamente, estos temas realistas están profundamente impregnados de referencias culturales. Incluso, la noción misma de paisaje no es natural sino cultural, ya que remite a la historia de la fotografía y de la pintura, más precisamente a los temas realistas de la pintura durante la primera época de los maestros de la fotografía.
A esto se suma una sensibilidad personal muy fuerte y muy presente, que pasa particularmente por el color, que otorga su homogeneidad cromática al conjunto y subraya el punto de vista subjetivo del artista.
“Mi trabajo descansa sobre una tonalidad interior, más que sobre la restitución de una naturaleza verdadera. Mi experiencia se sitúa más en las ficciones de la materia coloreada, entre representación y sensación.”
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